El humo sagrado

La legalización de la marihuana es un asunto que requiere de un cuidadoso análisis y debe enfrentarse de manera seria y cautelosa.

Sin duda la despenalización del uso de éste enervante, disminuiría de forma importante los abusos policíacos que suceden cuando un consumidor es arrestado y en vez de ser procesado por “posesión”, se le extorsiona bajo la amenaza de que se le procesará por “daños a la salud”. La contraparte por supuesto es que se puede interpretar como otorgar licencia al narco menudeo a operar de la manera en que lo vienen haciendo “portando” cierta cantidad y ocultando el resto para seguirlo vendiendo. ¿Cómo podemos pedirle a nuestros celosos guardianes del orden que utilicen su criterio para determinar quién consume y quién comercia?.

En la propuesta de Patricia Mercado y Alternativa, se busca proteger a la sociedad que la consume y castigar a quién la trafica involucrando a la sociedad civil y proponiendo que expertos instruyan a los legisladores evitando crear una iniciativa a medias que no ataque el problema de fondo.

La marihuana ha sido satanizada como la puerta a otras drogas y al terrible mal del narcotráfico que tanto afecta a nuestro país, pero en realidad es mucho menos dañina y peligrosa que el consumo de alcohol, que se ha demostrado es sumamente adictivo y que cada año cobra miles de vidas o el tabaco, cuyos males padecen también millones de mexicanos.

Es un error señalar a la marihuana como una gran mal, como el resto de las drogas legales (alcohol, tabaco y café principalmente) su uso es una decisión personal y su abuso está relacionado con problemas sociales y psicológicos que en nada se relacionan con la venta legal de dichas sustancias.

Estamos a 50 días de las elecciones, tenemos que leer, creer y estar muy atentos a los que sucede en nuestro alrededor.

¿Y tú, por quién vas a votar?

Si hay alternativa