La Economía del Conocimiento

Un país que invierta en el conocimiento, parece una idea viable para grandes economías y países altamente desarrollados, pero en realidad se trata de una alternativa ideal para países en vía de desarrollo, como México, una alternativa para proporcionar oportunidades, desarrollar la educación, crear fuentes de empleo y atraer la inversión.

Tomemos el ejemplo de la India, un país en una situación económica y cultural similar a la de México, ambos son países con una alta explosión demográfica, basta extensión territorial rica en recursos naturales, altos niveles de desigualdad económica cultural, y alta concentración de población en zonas urbanas.

La India ha invertido en las tecnologías de la información para crear una nueva sociedad educada y lista para trabajar en las múltiples empresas internacionales, que están invirtiendo en el país. Se espera que durante 2006 la inversión extranjera en la India supere los 7 billones de dólares.

Además de atraer el capital extranjero, la inversión en la educación de tecnologías de información y alternativas de desarrollo, también ha impulsado a las empresas nacionales, dando como resultado que empresas Indias hayan adquirido 100 empresas internacionales y pagado por ellas 2,400 millones de dólares.

La inversión y el desarrollo en áreas como manufactura, minería, telecomunicaciones y automotriz han impulsado a la India a casi desplazar a Japón como la tercera economía mundial.

Hace cuánto tiempo no pensábamos en la India como un país pobre y viviendo de la beneficencia mundial, hoy, la India es un país moderno, que si bien no ha logrado equilibrar las desigualdades que su enorme extensión geográfica y alta densidad demográfica exigen, está en el camino adecuado logrando desarrollar la industria y el comercio, sin descuidar la importancia de la inversión extranjera. Bases sólidas para el desarrollo social.

Creo que vale la pena estudiar la propuesta de Patricia sobre la Economía del Conocimiento sin complejos o predisponiendo la idea de que no es posible, ya que al menos en otro país ese sueño, que hoy vive México, es una realidad. Una realidad, que ningún otro candidato siquiera contempla en sus propuestas económicas, debemos de dejar de ignorar la realidad del mundo y solo así, podremos integrarnos a ella.

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